Установление соответствия

Todavía polemizan sus orígenes, pero no se discute el prestigio y reconocimiento que adquirió internacionalmente. Como toda auténtica expresión artística, el tango desentraña nuestra apasionante condición humana, revelando el espíritu. Quizás debido a esta verdad, viva en los barrios de Buenos Aires y en las academias de Japón y China, en las escuelas de bailes de Rusia, en las calles de París y en los centros culturales neoyorquinos.

Los organitos callejeros lo difundían por los barrios donde era común ver parejas de hombres bailando en las calles. Esencialmente porteño, muchos escritores consideran que el tango de finales de los años 80 combinaba varios estilos de música. En él mezclaban la coreografía de la milonga tradicional y la línea melódica, emotiva y sentimental de la habanera. Pero también recibió la influencia andaluza, el ritmo de chotis y del cuplé.

Dicen que la palabra “tango” es anterior al baile: en 1803 figuraba en el diccionario de la Real Academia Española como un hueso o piedra para el juego de ese nombre. Pero más tarde la institución normativa de la lengua incluía el tango como "fiesta y baile de negros y de gente de pueblo en América". Pasaron casi 100 años para que el diccionario definiera al tango como "baile argentino de pareja enlazada, forma musical de dos por cuatro, difundida mundialmente".

De fecha imprecisa y origen aún más incierto, hay teorías que remiten a sus raíces negras y otras que aseguran su origen inmigratorio. Lo cierto es que a mediados de 1800 los conocidos conventos de la pujante ciudad de Buenos Aires se llenaba de paisanos del interior, "gringos" recién bajados del barco o porteños de pocos recursos que, quizás para diferenciarse y generar arraigo, marcaron con impulso propio muy fuerte las nuevas expresiones populares.

La ciudad de Buenos Aires de los 80 poco a poco se descubría en las academias y en los teatros. En las comedias, zarzuelas y otras obras teatrales, los actores empezaron a cantar y bailar tango. Esas academias funcionaban sólo bajo autorización en los suburbios o barrios alejados del centro, y en principio eran sólo para hombres, después incorporaron mujeres especialmente contratadas para bailar. Iba creciendo su número, pero la reputación seguía siendo muy dudosa.

Desde hace unas décadas han surgido actividades vinculadas con el tango: han abierto estudios universitarios, academias de baile; han renovado la reproducción de antiguas discografías. Miles de extranjeros llegan a Argentina para aprender más sobre el tango, que en 2009 fue presentado por los presidentes de la Argentina y Uruguay para ser incluido en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es el apasionante pasatiempo al que dedican una gran parte de su vida.

Los dirigentes de Argentina ponían su atención en el tango y a veces lo prohibían por revolucionario. Las letras van contra las ideas oficiales del país. Los versos a veces son bastante provocativos o críticos, llenos de ironía. Uno de sus máximos poetas definió al tango como «un pensamiento triste que se baila». Es un género que desdeña el control, el conformismo, aquieta las compulsiones, hace bien al corazón, quita grasas al cuerpo e induce a apreciar lo bello.