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El ser humano durante toda la historia de su existencia deseaba investigar todo lo que le rodea: la tierra, el mar, el aire y hasta el espacio. Sin embargo, la historia de la exploración del cosmos no cuenta con muchos años, apenas ha pasado medio siglo desde que por primera vez el hombre salió al espacio. Los estudios en esta área muestran un desarrollo rapidísimo, así como todo lo relacionado con la vida del ser humano fuera de la atmósfera, en una nave espacial.

Pese a un muy arraigado juicio común de que la astronáutica (o "cosmonáutica", cuando hablamos de esta ciencia en Rusia) es una actividad exclusivamente masculina, son muchas las representantes femeninas que se dedican año tras año con el mayor ímpetu y maestría a la nada fácil tarea de la investigación espacial. En total, desde 1962 más de 50 mujeres volaron al espacio. De ellas, sólo 3 fueron rusas (soviéticas), pero su contribución a la "causa espacial" ha sido inestimable.

El tema del cosmos ha dado a los cineastas una oportunidad para reflexionar sobre el destino de la humanidad. En la película Solaris (1972) de Andrey Tarkovski se trata de un grupo de astronautas de una estación espacial que se convierten en víctimas del enigmático océano del imaginario planeta Solaris que materializa sus recuerdos. El autor medita sobre la conexión del progreso técnico con los valores morales, la debilidad del ser humano ante los enigmas del Universo.

La Guerra Fría y la "carrera espacial" entre las dos superpotencias mundiales casi hizo imposible mostrar en las pantallas las verdaderas dificultades y errores que tuvieron que atravesar los impulsores del programa espacial, constructores de las naves y los primeros cosmonautas soviéticos en su camino hacia las estrellas. Sólo en la última década del siglo pasado este tema comenzó a aparecer en el cine ruso tratando los aspectos más profundos.

La preparación de los vuelos espaciales fue el argumento de la película de dibujos animados Belka y Strelka. Los animales estelares (2010), que narra la historia de los canes lanzados al espacio en agosto de 1960, los primeros seres vivos en volver sanos después de su viaje al cosmos. Son dos atrevidas aventureras: Belka espera que la fama de ser cosmonauta le ayude a volver al circo donde la esperan sus amigos; Strelka sueña con encontrar a su padre que “vive en las estrellas”.

La historia del traje espacial es tan interesante como la del propio espacio. Los científicos tardaron un año (1957) en hacer un traje realmente bueno que estuviera suficientemente equipado y que diera más libertad de movimiento al cosmonauta. El segundo modelo del mismo traje contenía un sistema autónomo de regeneración de aire que podía funcionar 6 horas seguidas limpiando el ambiente del dióxido de carbono y otros gases y de la condensación de agua dentro del traje.

Los temas del espacio son bastante populares en el cine ruso desde hace ya mucho tiempo: aun muchos años antes del primer vuelo espacial de Yuri Gagarin, en 1961, los cineastas soviéticos fantaseaban sobre los nuevos descubrimientos que esperaban a la humanidad en las lejanas y desconocidas áreas fuera de la atmósfera terrestre. A continuación figuraban las cintas de ficción más destacadas que reflejaban la actitud y la reacción del pueblo ruso ante la conquista del espacio.