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Задание 11761

La frase “la cosa no era para menos” en el segundo párrafo del texto se refiere a que ...

Прочитайте текст и выполните задания 12 18. В каждом задании запишите в поле ответа цифру 1, 2, 3 или 4, соответствующую выбранному Вами варианту ответа.

 

Perdidos

Mamá siempre había sido distraída, pero ese día fue demasiado. Entró en casa como loca, gritando: “¡Se ha perdido Sultán!” “¿Cómo?”  gritó mi papá. En un segundo, la casa se convirtió en un verdadero caos. “¿Cómo que se ha perdido Sultán? ¿Dónde está?”  gritaba el abuelo. “¿No sabes que tiene que salir con la correa puesta?”  decía papá. “Es que no me di cuenta de que venía conmigo”, se justificaba mamá. “Hagamos algo”, dije mirando a todos. “Mientras nosotros discutimos aquí, el pobre Sultán puede alejarse más de casa”.

Sultán es el perro de mi abuelo. Cuando él vino a vivir a casa, llegó con su fiel Sultán al que todos adorábamos. Mamá bajó al sótano para ver si Sultán estaba allí, papá fue a preguntar a la veterinaria del barrio y yo fui a buscar fotos de Sultán para hacer cartelitos y pegarlos en el barrio. Tan ocupado estaba con mi tarea que no me di cuenta de que el abuelo salió a buscar al perro. Cuando volvieron mis papás y preguntaron por él, el caos volvió. “¿Queeeé? ¿Ahora se ha perdido el abuelo?”  gritaba papá. “¡Por Dios! ¡Ahora hay que buscar al abuelo!”  gritó mamá y salieron corriendo como locos, la cosa no era para menos.

Ya anochecía, pero nadie aparecía  ni el abuelo, ni Sultán, ni mis papás. Yo no sabía qué hacer y decidí salir. Jamás había salido de noche solo y la idea no me entusiasmaba mucho, pero tenía que encontrar al abuelo, a Sultán y a mis papás. Me propuse recordar por dónde iba, los nombres de las calles, los números de las casas  todo lo que me pudiera ayudar a no perderme. Iba mirando hacia todos lados, mientras llamaba a Sultán y al abuelo. Ninguno aparecía.

De pronto, oí un ladrido y salí corriendo pensando que era Sultán. No sé cuánto tiempo corrí, pero fue suficiente como para perderme. Ya no ubicaba el nombre de la calle, no sabía dónde estaba mi hogar, era de noche y empecé a sentir miedo. “¿Qué hago ahora?”  me pregunté. “Pensar”, dije sin pensar. Sentía que pensar tranquilamente sería la mejor solución. Me senté cerca de un gran farol para recordar por dónde había caminado.

De pronto vi al abuelo que estaba tanto o más perdido que yo. Sus ojos brillaron al verme, lo abracé fuerte y nos sentamos los dos. Empecé a desandar mentalmente lo recorrido y decidimos comenzar a caminar con la esperanza de encontrar a alguien que nos pudiera guiar. Al dar la vuelta a la esquina, grande fue la sorpresa cuando vimos a papá y mamá. Casi no los reconocí, corrían desesperados y con los ojos desorbitados. “¿Cómo te atreves a salir sólo?”  gritaron al unísono. “Perdón”, balbucí. “¿No ha aparecido Sultán?”  gritó el abuelo.

Hacía frío, estaba oscuro y todos estábamos nerviosos. “Volvamos a casa, por favor”, dije, y así lo hicimos. Llegamos cansados. Estábamos contentos de estar juntos, pero Sultán no aparecía y nos sentíamos muy tristes. Mientras mis papás seguían discutiendo, el abuelo y yo decidimos sentarnos en el sofá. El abuelo se sentó y al mismo tiempo se oyó un grito y un ladrido. ¡El abuelo se había sentado sobre Sultán! O sea, nuestro perro jamás había salido de casa, estuvo durmiendo toda la tarde en el sofá, acurrucado debajo de la manta.

“¡¿Pero cómo que no se ha perdido!?”  decía papá. “No entiendo nada, juraría que me había acompañado al sótano”, decía mamá. El que menos entendía era Sultán, jamás había sido tan bien recibido después de una larga siesta. Esa tarde todos aprendimos que antes de actuar como locos, siempre es mejor pensar con calma. Si hubiéramos revisado la casa, nada habría sucedido. Nos acostamos muy cansados, excepto Sultán quien corría por toda la casa feliz, como si intuyera la alegría de no haberse perdido.

 

Ответы:

en el proceso de la busqueda no podia participar un nino.
los padres se enfadaron muy seriamente por la salida del abuelo.
la situacion era seria y los padres estaban nerviosos con razon. - Правильный ответ
al perderse el abuelo, la busqueda del perro ya no importaba nada.
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